dimarts, 13 de maig del 2008

14 de mayo, nada que celebrar...

En todas las historias hay, como mínimo, dos versiones. A algunas personas les parecerá que 60 años son todo un logro, algo que celebrar, una pequeña gota en un mar de siglos por venir. Un motivo de alegría, una gran fiesta.

A otras, 60 años les parecerán demasiados, una eternidad que – por definición – nunca termina. Después de 60 años soportando una situación insoportable, el pueblo palestino sigue ahí, a pesar del olvido y la indiferencia. Ahí sigue y también celebra la derrota, la naqba, el desastre, la catástrofe.

Yo por mi parte celebraré el recuerdo de Palestina, el calor de su gente y su valentía, su acogida, su esperanza, e intentaré cumplir así el encargo que me hicieron: no nos olvidéis.